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Por Laura Rebaque Perez 23 sept, 2019
Nuestro centro Casa Nido Pies Inquietos es siempre un espacio abierto a las familias. Las familias pueden permanecer el tiempo que necesiten en las aulas acompañando a sus pequeños. No hacemos entregas “exprés” salvo que la familia lo solicite. El papa, la mamá, la abuela... dejan a los pequeños en el aula y pasan a recoger a sus pequeños a las aulas. Si en algún momento el familiar quiere participar en la actividad que estemos realizando puede hacerlo. En especial en el período de adaptación. Este es un proceso muy delicado. Siempre progresivo, flexible y pactado con cada familia de manera individual, pues cada familia y su hijo tienen necesidades diferentes. En nuestro espacio, Casa Nido Pies Inquietos acompañamos a los niños respetando sus ritmos y procesos vitales observando sus emociones. Pensamos que es muy importante la construcción de vínculos seguros, estables y confiables para los niños en relación a sus adultos de referencia, pues esto es lo que le permite al niño crecer y desarrollar la confianza en sí mismo y en el mundo que le rodea. En un espacio como el nuestro ofrecemos la posibilidad de que el niño pueda separarse sin angustia (o con una mínima y tolerable angustia) de sus padres. Es un lugar, preparado para su desarrollo, sus necesidades de exploración y movimiento, junto con otros niños y adultos que le acompañan en sus procesos. Ofrecemos horarios flexibles, adaptados a las necesidades de los niños y las familias. De manera que los niños que lo deseen puedan comer en casa o no. La confianza en nosotras viene de la mano de la propia familia que puede ver y observar cómo cuidamos de los pequeños, cómo nos dirijimos a ellos en todo momento, en los momentos de juego, en los momentos de conflicto, cuando tienen sueño, hambre.... la confianza generada por las familias es trasmitida a su pequeño. La Colaboración de las familias en nuestro centro también permite que el pequeño explore y viva el espacio con más confianza...poco a poco pasará de dirigirse a su madre, padre a nosotros los adultos que les acompañaremos en ausencia de su familia. Las estrategias pueden variar de una a otra familia y niño en función de sus peculiaridades... a cada uno les funcionan herramientas diferentes.
Por Laura Rebaque Perez 10 sept, 2019
Es el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses en forma de alimentos enteros, en lugar de triturados, con el tamaño y forma adecuadas para que sea el propio bebé el que los coja con sus manos y se lo lleve a la boca en función de su apetito y preferencias. Es decir, hervir la verdura y la carne/pescado y ofrecérsela en trozos alargados para que este sea capaz de agarrarlos sin problemas con sus manos. Recordad que a los 6 meses, los niños aún no hacen la pinza (unión del pulgar con el índice) por lo que los objetos, en este caso los alimentos, los cogen abriendo la mano entera para posteriormente cerrarla (Prensión palmar). Tened en cuenta que entre los 6 y los 8 meses la energía que les debemos aportar a nuestros hijos proveniente de la alimentación complementaria es de 1/5 del total, el resto de energía se la daremos en forma de leche. Sin embargo entre los 9 y los 11 meses la balanza estará más equilibrada y el 50% del aporte calórico deberá venir de la alimentación complementaria y el otro 50% de la leche. ¿Qué beneficios tiene el BLW? 1. Hábitos de alimentación más saludables respetando las señales de su cuerpo como son el hambre y la saciedad. Las madres que siguen el BLW viven la alimentación de una forma más relajada, sin forzar a sus hijos a comer. Los bebés desde temprana edad prueban distintos sabores y texturas lo que parece estar relacionado con una alimentación más saludable y variada en su futuro. 2. Promoción de la lactancia materna puesto que los bebés seguirán enganchándose al pecho de su madre cuándo y cuánto quieran siguiendo la filosofía de respetar sus señales de hambre, sed y por supuesto saciedad. Se trata de realizar una alimentación activa, donde es el propio bebé el que regula su apetito, y no la alimentación pasiva de las papillas, cucharas y biberones. El BLW se puede realizar en niños no amamantados de igual modo; la leche de artificial no es excluyente en ningún caso. 3. Promueve y estimula el desarrollo psicomotor del niño favoreciendo la prensión manual al agarrar los trozos de comida, la realización de la pinza en torno a los 9 meses. Del mismo modo mejora la coordinación oculo-manual, la masticación… 4. Mejora la transición a alimentación sólida puesto que desde los 6-7 meses han empezado a trabajar la masticación con alimentos de distintos sabores y texturas. ¿Cómo sé si mi hijo está preparado para empezar con el BLW? A los 6 meses todos los niños ya sean alimentados con pecho o con biberón deben iniciar la alimentación complementaria de una manera o de otra puesto que la leche de forma exclusiva, a estas edades, ya no aporta todos los nutrientes que necesitan nuestros niños para seguir creciendo, como por ejemplo, el hierro. Para empezar con un BLW es imprescindible que: 1. Tenga una sedestación estable. Es decir, que se siente en la trona sin caerse a los lados o hacia adelante. 2. Que haya desaparecido el reflejo de extrusión. Este reflejo es aquel que observamos en los niños más pequeños al introducirles algo sólido sobre la lengua, ya sea un trozo de comida, un objeto o el propio chupete, estos sacan la lengua inmediatamente en un intento de expulsar todo aquello que pueda provocarles un atragantamiento. Este reflejo suele desaparecer en torno a los 6 meses. 3. Que tenga autonomía con sus manos y una adecuada coordinación ojos-mano-boca. ¿Qué peligros o inconvenientes tiene el BLW? No todo son ventajas, veamos cuales son las desventajas: 1. Existe riesgo que no se alcancen sus necesidades energéticas o que presenten desequilibrios nutricionales y nos encontremos con niños que coman mínimas porciones de verdura y/o fruta y menos aún de proteínas animales con el consiguiente riesgo de anemia ferropénica (anemia por falta de hierro), escasa ganancia de peso o estancamiento en su desarrollo psicomotor. 2. Riesgo de atragantamiento. Es un riesgo lógico y con fundamento. De hecho los padres que practiquen esta modalidad de alimentación convendría que tuvieran nociones básicas de primeros auxilios en caso de atragantamiento. Causas de muerte por atragantamiento en niños menores de 3 años alimentados con BLW:  Zanahoria cruda.  Cacahuete  Manzana cruda  Salchichas Alimentos que debemos evitar por alto riesgo de atragantamiento:  Verduras crudas: Zanahoria, apio, ensalada  Manzana cruda  Patatas de bolsa, galletas de arroz o de maíz.  Frutos secos o frutos desecados (pasas, arándanos)  Cerezas, uvas, cherry, maíz, guisantes  Caramelos y cualquier alimento duro que no sean capaces de aplastar con la lengua y el paladar. ¿Cómo lo trabajamos en la casa nido pies inquietos? Siempre trabajamos sólo con las familias que lo deseen y por su puesto con su consentimiento. La colaboración y comunicación con las familias es muy importante en este, como en el resto de los temas. Los alimentos que se les ofrece son alimentos que el bebé ya ha probado en casa. O que se ha comunicado a la familia si lo puede comer. De los 6 a los 9 meses. Se le ofrece un puñado de alimentos en su bandeja de la trona antes de su toma de leche o puré. También se le ofrece fruta que pueda comer durante el momento del tentempié que realizamos antes de ir al patio. (Este tentempié se lo ofrecemos a todos los niños y niñas, independientemente de su horario y si comen o no en el centro.) De los 9 a los 12 meses. El momento y la manera es la misma. Distintas cantidades de alimento antes de su plato triturado o toma de leche. Lo que varía es la cantidad de alimento que progresivamente el pequeño/a va aumentando con respecto la comida triturada. A partir de los 12 meses, por lo general suelen ir tomando menús muy similares a los de los adultos, cuidando siempre el tema de la sal y el tamaño de los alimentos, siempre accesibles y manipulables por ellos.
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